Hace unas semanas andaba mi primo por la carretera de castilla pensando en sus cosas y mirando al suelo. iba tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta de que un anciano caminaba cargado con bolsas de la compra en su misma línea pero en dirección opuesta, como cabía esperar ambos chocaron y las bolsas del señor cayeron y esparcieron el contenido por el suelo. El anciano se apresuro a recoger sus producto, y mi primo mirándolo con desden por haber interrumpido sus reflexiones siguió caminando y dejo al señor recogiendo su compra. Mi primo no le dio importancia, ¿que mal le podía hacer un anciano probablemente pobre y amargado? Por eso al rato de caminar ya se había olvidado del suceso.
Su sorpresa fue tremenda cuando a la mañana siguiente al sentarse a desayunar su padre le enseño entre risas un titular de la Voz que decía:”Excéntrico anciano multillonario deja toda su fortuna a un chico que le ayudo cuando sin querer tiro las bolsas que llevaba”. Debajo de estas líneas se veía una foto y en ella aparecía el anciano mendigo bien acicalado y saludando con una amplia sonrisa.
TaNiS
miércoles, 21 de noviembre de 2007
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2 comentarios:
¡Hay que ser bueno con los ancianitos!
Aunque todo lo que has escrito después es mejor, del embolado del primer día (haceros escribir un cuento sin previo aviso) saliste bien librado. Me gusta el sabor de cuento tradicional y, sobre todo, una sabiduría de narrador: tan importante o más que lo que se cuenta es lo que no se cuenta.
(Veo que has hecho el esfuerzo de poner algunos acentos, pero repásalo porque todavía te han quedado sin poner unos cuantos.)
¡Hola!
Esta historia me ha gustado especialemte. Como le cambia la vida a alguien por no recoger unas bolsas.
xDDDDDDDDDDDD
¡Vaya arrepentimiento de por vida!
Ahora si voy por la calle y me pasa lo mismo no dudaré en recogerlas.
[:
Saludos.
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