Si mis párpados, Lisi, labios fueran…
Francisco de Quevedo
Ella se estremece. Era lo habitual. Con recelo mira a su alrededor… no verá nada. El mercado del Arco del León está abarrotado. Otra mirada, esta vez al cuello. Se estremece nuevamente. Se aleja de la gente que la rodea (como las otras). Una nueva mirada. Abandona la multitud y se adentra en el callejón de los mendigos. La sigo. La encuentro apoyada en una pared, tiene la belleza de un ángel. Más miradas. Se encoge. Me acerco despacio. Le acarició el cabello, luego me agacho y mirándola a los ojos le susurro:
-Pareces un ángel…
Un último destello en sus ojos verdes y se desploma, sin vida. Me levanto y me voy.
-…pero no mi ángel -pienso de camino a casa.
viernes, 15 de febrero de 2008
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1 comentario:
Me encanta éste, es precioso.
(:
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